Llama la atención la arquitectura de la bodega, diseñada en una singular forma de herradura, rindiendo homenaje a la finca de pura sangre que se encuentra a poca distancia.

La bodega está ubicada en una ladera y fue diseñada para integrar la tecnología de flujo por gravedad en todas las fases de producción del vino, limitando el uso de bombas mecánicas. Esta técnica garantiza que las uvas se manipulen con la mayor delicadeza posible, extrayendo sólo los taninos más suaves y preservando el equilibrio y la precisión. El enfoque de la bodega garantiza un mayor control de la calidad y reduce significativamente el consumo energético.